La vida es retadora, no conozco a alguien que opine lo contrario. La vida cotidiana y la cultura de hiperproductividad nos exige lo inhumano para hacer más con las mismas 24 horas de siempre, es cansado y frustrante sentir que no logramos hacer todo lo que nos gustaría y constantemente tenemos qué sacrificar descanso, trabajo, diversión o hobbies para poder cumplir con nuestros compromisos.
Entonces ¿Por qué parece que a algunas personas siempre les rinde el día y tienen tiempo para todo? Aunque no tengo la respuesta absoluta, intuyo que éstas personas organizan y priorizan su agenda de forma ordenada y sistemática, tienen claro qué es lo más y menos importante. Ya sea escuela, trabajo, hijos, vida social, ejercicio o descanso, las personas con mayor paz mental y productividad que conozco tienen ésto bien claro.
La realidad es que si algo no forma parte de nuestras prioridades, no tendremos tiempo que dedicarle.
Para mi, la búsqueda de la productividad, el balance y la satisfacción personal y profesional es un camino que vengo transitando de forma consciente desde hace algunos años y aunque no tengo todas las respuestas, si creo haber encontrado algunas herramientas muy útiles para lograrlo.
A través de la lectura, la investigación activa, podcasts y práctica consciente he encontrado las formas de mantener cierto balance en mi vida para lograr hacer casi tantas cosas como me propongo. Para lograrlo, utilizo distintos elementos y herramientas como mi agenda, apps digitales, libretas, rituales y técnicas de concentración, la receta es compleja como un buen mole.
El orden, los sistemas y la disciplina me ayudan a tener mayor libertad, creatividad y paz mental, suena contraintuitivo, sin embargo el tener instalados sistemas y rutinas hasta cierto punto rígidas, me permite tener mayor libertad, creatividad y disfrutar de los cambios constantes en mi vida.
Mi vida en particular no facilita la estructura y la rutina, viajar la mitad del tiempo implica cambios de ubicación, de horario, de agenda, de condiciones externas, sin embargo, he podido crear sistemas y una estructura que me ha permitido mantener orden y productividad en mi día.
Les comparto algunos hacks y condiciones no negociables que intento mantener en mi vida diaria:
Los no negociables: Hay ciertas cosas que para mi son NO negociables dentro de mi agenda diaria: Por ejemplo el café de la mañana, leer, meditar y evaluar mi día, además intento entrenar el 80% de los días del mes. Hacer éstas cosas de forma rutinaria mantiene en orden mi cabeza y mi cuerpo y son cosas que puedo hacer prácticamente en cualquier lugar.
Rechazar el multitasking: Nos vendieron muy bien la idea del multitasking y la hiperproductividad, la tecnología nos facilita estar en varias tareas a la vez, sin embargo existen cada vez más estudios que comprueban que esto sólo promueve el agotamiento y la ineficiencia. Hacer una cosa a la vez con plena consciencia y concentración me hace ser más ordenado y eficiente, cuesta trabajo, pero es posible.
Primero yo: Antes que las redes sociales, antes que los mensajes de familia y amigos, antes que el trabajo o cualquier otra cosa estoy yo. Al despertar me regalo un par de horas de bienestar mental, físico y emocional, me preparo mi café, leo un buen libro, medito, entreno y entonces, si comienzo a atender las cosas del mundo exterior. Si el trabajo comienza temprano, despierto antes, tan temprano como sea posible. Ponerme como prioridad cambia completamente el tono del día.
Separar las cosas urgentes de cosas importantes: Este es todo un reto, las notificaciones del celular, la aparente disponibilidad 24/7 y las bandejas de entrada de nuestro correo nos lanzan tareas, compromisos y retos todo el tiempo. Es muy fácil quitar atención a lo más importante por atender lo urgente. SPOILER: Lo urgente nunca se acaba y entre más pospongamos lo importante, nunca lograremos ponernos al día. Una lista para separar ambos tipos de tareas y compromisos y asignar tiempos específicos para cada una es mi receta secreta
Conquistar espacios y momentos personales: Se necesita cierto valor y claridad para poner límites y decir que no. Es una realidad que al no poner límites claros, la vida y las personas terminarán por usar nuestro tiempo, energía y atención. Tener claridad en aquello que es importante, urgente y no negociable es una cosa, pero luego, hay qué defender encarnizadamente el tiempo en nuestro día, nuestra atención y nuestra energía. Decir que no y priorizar nuestro bienestar personal no es egoísmo y en la medida en que nosotros estemos bien, sanos y satisfechos, podremos entregar más y mejor atención y energía a los demás.
Aprovechar el cambio, las filas y los tiempos de espera: Aparentemente vivimos en un mundo eficiente, inmediato y rápido, sin embargo, los tiempos muertos, las filas y las esperas siguen siendo cosa de todos los días, aprovechar los tiempos muertos puede ser un enorme regalo si lo sabemos aprovechar, un bonus extra de tiempo. La fila del banco se puede convertir en el tiempo de lectura diaria que necesitamos, la sala de espera en el aeropuerto puede servir para hacer una llamada pendiente, el tiempo en el tráfico o en el colectivo puede ser buen momento para ordenar y limpiar la memoria de nuestro teléfono, las horas en carretera pueden servirnos para escribir o simplemente para respirar, observar por la ventana y disfrutar el momento.
Il dolce far niente: Mi mayor reto, el descanso, el hacer nada y mirar al cielo. Esto puede darnos tremendos beneficios mentales, físicos y emocionales. Al “hacer nada” no me refiero a perdernos 30 minutos en tiktok, si no a simplemente estar, respirar y entender que no todo en la vida es ser productivo y eficiente, la vida es eso que se nos escapa mientras respondemos mensajes y nos preparamos para la siguiente videollamada.
El reto es constante, la vida cambia y con ella las prioridades. Supongo que es fácil hablar desde el privilegio y desde la vida de soltero y sin hijos, sin embargo, estoy convencido de que el orden, la disciplina y los sistemas son la mejor forma de enfrentar un mundo que demanda nuestro tiempo y nuestra atención. Priorizar el bienestar interno y el de nuestro planeta deberían de estar en primer lugar en cualquier lista de prioridades.
Espero que éstas herramientas y prácticas les inspiren a crear sus propios mecanismos para lidiar con la vida.
Así organizo mi día
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