Llevo algunos años experimentando y explorando con la meditación.
Creo que fue en Guadalajara, por ahí del 2009, cuando comencé a experimentar con algunos ejercicios de meditación por la curiosidad de explorar con las ondas binaurales y las “drogas auditivas”.
Durante estos años he tenido oportunidad oportunidad de asistir y practicar en sesiones de meditación grupales, en centro budistas, con técnicas de mindfulness y otro tipo de meditaciones guiadas.
Aunque no he seguido un rigor o técnica en específico, la práctica constante me ha ayudado a desarrollar el hábito de hacerlo de forma consciente y al día de hoy, se ha convertido en una de mis herramientas para la vida diaria.
Para mi, los principales beneficios de la meditación han sido a nivel emocional y mental. He podido desarrollar una mayor capacidad de concentración y de gestión de las emociones frente a situaciones demandantes. Esto, además de los beneficios físicos que trae la meditación.
No soy ningún experto o guía, sólo busco compartirles mi experiencia, esperando que les sea de utilidad. La inmensa cantidad de técnicas y corrientes a veces nos intimidan y la cultura new age de bienestar y “only good vibes” nos hace sentir miserables si no estamos en un estado pleno y en lugar de acercarnos, nos aleja a estas prácticas o a la búsqueda de un bienestar genuino y autogestivo.
Entiendo la meditación como el proceso de enfocar la atención, el cuerpo y las emociones en un objeto, estado o actividad en específico. En la meditación, creo que es más importante la intención que la forma. Una de las ideas que cambió mi forma de entender esta práctica, fué el conocer la “meditación activa”.
¿Alguna vez han sentido que el tiempo pasa volando mientras ustedes hacen una actividad rutinaria o que requiere un montón de concentración? Nos desvinculamos por un rato del ruido, del tiempo, y de las necesidades físicas.
Recuerdo la primera vez que me sucedió de forma consciente. Era 2007 o 2008 y yo estaba frente al caballete pintando un cuadro de una guitarra. El óleo es una técnica caprichosa que requiere de mucha paciencia pero que permite experimentar.. Recuerdo que comencé a pintar como a las siete de la noche, puse un playlist de Sabina, Serrano y Drexler, me serví una taza de café y comencé a pintar. Para el momento que me sentí satisfecho con el trabajo, tomé la taza de café que estaba helada y me di cuenta que casi era medianoche. Habían pasado casi horas en las que no me había levantado a tomar agua, al baño o a descansar.
La meditación activa sucede cuando obligamos a la mente a poner atención en algo muy específico, este enfoque permite que nos desconectemos de todo lo demás. Si es algo que disfrutamos hacer, es aún más sencillo.
Otra ocasión en la que experimenté este tipo de meditación, era en mis salidas en la bici de montaña por los bosques de Valle de Bravo. A pesar de que nunca he sido el ciclista más arriesgado, me gustaba entrar en algunas veredas poco transitadas.
Quien haya montado bici o motocicleta, sabe que la atención y la mirada tiene qué ir siempre unos metros adelante de donde estamos, el piloto debe de observar los obstáculos y el camino que pisará unos segundos más adelante, si se enfoca en lo que tenemos inmediatamente delante ya será muy tarde para reaccionar.
Algunos expertos, llaman a este estado “the flow”
En una entrevista para la revista Wired, Mihály Csíkszentmihályi, el psicólogo que definió este concepto describió el fluir como "el hecho de sentirse completamente comprometido con la actividad por sí misma. El ego desaparece. El tiempo vuela. Toda acción, movimiento o pensamiento surgen inevitablemente de la acción, del movimiento y del pensamiento previos, es como si estuviéramos tocando jazz. Todo tu ser está allí, y estás aplicando tus facultades al máximo."
“El estado de fluir también implica una especie de atención enfocada, y se ha observado que la meditación a conciencia, el yoga y las artes marciales pueden mejorar la capacidad de una persona para fluir. Entre otros beneficios, todas estas actividades sirven para entrenar y mejorar la capacidad de atención.”
Cuando una rueda a una velocidad considerable en un sendero lleno de piedras, desniveles y varas, perder la atención es garantía de caída. La meditación activa aparece entonces, al no poder quitar la mirada fija del camino y tener qué poner atención plena, nos abstraemos de todo lo demás. Después de minutos y minutos de descenso constante, uno entra en un estado de flujo continuo.
Cuando hice el Camino de la Muerte en Bolivia, con casi 80 km de descenso al filo de acantilados enormes, nunca había estado tan enfocado ni tan en “flow”. Era concentración o muerte.
Los mantras, los mandalas, son herramientas que facilitan el enfoque en una actividad y que permiten despejar a la mente de otras actividades. Enfocar para desconectar.
Creo que la meditación activa es una aproximación muy útil e intuitiva a este tipo de procesos y ejercicios, nos permite acercarnos a la meditación eliminando los juicios y poniendo más atención en una actividad rutinaria y puede ser una puerta de entrada a otro tipo de prácticas: Dibujar, colorear un mandala, escribir, caminar, hacer yoga, tejer o caminar pueden ser de gran utilidad.
Quien me conoce sabe que a pesar de que tengo mi vena espiritual, mi cerebro de ingeniero me exige explicaciones más racionales y he buscado pruebas científicas sobre los beneficios e impacto de la meditación en la salud física, mental y emocional.
Afortunadamente, he encontrado a un tipo con el que me he obsesionado éstos últimos meses: Andrew Huberman es un científico que trabaja en Stanford, ha publicado en revistas como science y se especializa en neuroplasticidad, hábitos humanos y ciencias del comportamiento. Es un tipo con carisma y pinta y he estado escuchando mucho de su contenido en distintos podcasts y videos. Les comparto un video de A. Huberman en el que habla sobre lo que la ciencia ha encontrado detrás de la meditación. Espero que lo disfruten tanto como yo y que compartan sus descubrimientos con la meditación.
https://www.youtube.com/watch?v=wTBSGgbIvsY
Pro-tip. Para comenzar o reforzar la práctica de meditación recomiendo el APP simple habit. Aunque tiene costo en su versión más completa, el pagar por el contenido puede ser una motivación extra, cuenta con meditaciones de distintos temas y que se pueden aplicar en distintos momentos y actividades del día.
También, Spotify cuenta con un montón de meditaciones guiadas que contienen instrucciones claras y sencillas y ofrecen meditaciones de un par de minutos, hasta otras más largas y complejas.
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