Del latín passio ("sufrimiento"), derivado de passus, participio perfecto pasivo de patior, patī ("sufrir"), verbo emparentado con el griego antiguo πάσχειν (paskhein, "sufrir") y el sustantivo πάθος (pathos) ("dolor, sufrimiento, condición, muerte").
La palabra pasión, como muchas otras, se ha transformado desde sus orígenes etimológicos, sin embargo, aún conserva esa característica de intensidad y profundidad como lo es el sufrimiento. La pasión de cristo no se refería a su hobbie favorito: La pasión de Jesús es hacer hiking en Galilea y la comida de mar, no, la pasión se refería a un sentimiento de dolor y sentimiento profundo, que lo llevaría a la muerte.
Encuentra lo que amas y deja que te mata, dijo Bukowski.
Entiendo a la pasión como un sentimiento o emoción que nos puede llevar a estados de placer profundo, de abstracción, de obnubilación. La pasión como un medio para encontrar la muerte y trascendencia.
Cuando hacemos lo que nos apasiona, el tiempo se detiene, todo lo demás nos deja de importar, no estamos disponibles para nada más, somos uno con nuestra pasión y nos entregamos a ella en cuerpo, mente y alma. Vivir nuestra pasión es encontrar paz y trascendencia, como una pequeña muerte.
Viajar es mi pasión y sin embargo, un viaje no es sino una suma de actividades, pasos y procesos que le dan forma a la actividad. Es una pasión compuesta de la suma de sus partes.
La lista de actividades y experiencias dentro de un viaje es larga: Transportarse, comer, estudiar sobre historia y cultura, planeación financiera y logística. bailar, realizar la compra/venta de productos o servicios, comer, caminar, correr, nadar, conversar. ¿Ya dije comer?
La suma de éstas y muchas otras actividades son las que comprenden un viaje. La industria del turismo se compone de distintas industrias que facilitan servicios y productos para que el viaje pueda realizarse.
De todas esas actividades, creo que lo que he entendido que disfruto más de viajar es poder apreciar el arte, la historia y la cultura de personas apasionadas por lo que aman. Un chef, una cocinera tradicional, un productor de café o mezcal, un artista urbano, un guía local, otro viajero en el camino. Compartir con alguien a quien le apasiona lo que hace, genera un placer profundo no sólo en quien ejecuta la tarea o quien es anfitrión, también genera un placer profundo en quien es testigo de esa pasión.
Tal vez lo que me conmueve es verme reflejado s en una persona que encuentra lo que le apasiona y lo comparte, logro ver el reflejo humano que me hace encontrar la trascendencia en las simples cosas, en el amor al arte, a la cultura. a la naturaleza, al ser humano.
Conversar con alguien sobre lo que le apasiona es tan bello como presenciar un milagro, como ver a un bailarín ejecutar el paso más complejo, como escuchar a un músico tocar su pieza favorita, como ver a un deportista marcar un tanto con un estadio lleno.
La pasión se contagia y la magia de esto es que cuando conectamos con alguien que vive su pasión, nos permite ser un vehículo de la misma y entonces, sucede que nosotros podemos sentir esa misma pasión reflejada en nosotros y por un momento nos volvemos artistas, magos, astros del deporte.
Comer es una de las cosas que más disfruto en el mundo y las comidas más espectaculares que he comido, han sido en compañía y servidas por personas a las que le apasiona la comida. Puedo pensar por ejemplo, en la primera vez que comí en Cocina Chontal, de Nely Córdoba en Comalcalco.
Recuerdo que los platillos me llevaron a un punto de emoción tal que sin exageración, me provocaron una especie de melancolía profunda, sin embargo, la comida en el plato fue tan espectacular como escuchar y observar a Nely cocinando, compartir con ella las historias, su cocina, sus sueños y su camino. Compartir la pasión de Nely por lo que hace le agregó esos ingredientes profundos que llevan la receta a un plano mucho más trascendental.
En nuestra cultura, encontrar la pasión se ha vuelto casi una exigencia. Se nos impone encontrar una pasión y además, ser buenos y exitosos en ello, nos han ido matando la curiosidad al imponernos estándares de éxito, salud, belleza, bienestar.
Las redes sociales son un escaparate en donde todo mundo puede presumir su pasión, por muy verdadera o falsa que resulte: Lifestyle, , Emprendimiento, Wellness, Vibraciones Altas. Se nos exige estar a la par de estándares imposibles de cumplir.
Sin embargo, la pasión es mucho más profunda, orgánica y tal vez fortuita de lo que parece. Encontrar nuestra pasión implica suerte, contexto, disposición, búsqueda.
Para muchos, la pasión depende del privilegio, de tener las necesidades básicas cubiertas para tener un poco de tiempo, presupuesto y disposición para encontrarla y poder vivirla. Otros, aún más privilegiados, no sólo tienen la fortuna de encontrar su pasión, sino que les ha sido posible vivirla y vivir de ella.
Las fotografías son un homenaje a las mujeres y hombres que me he cruzado en este gran viaje y que me han compartido sus pasiones de una horma profunda y honesta y me han ayudado a seguir mi propia pasión.
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