Desde una posición de privilegio y con un poco de presunción lo puedo decir: Tengo un trabajo muy ch1ngón.

En resumen podría describir mi trabajo como: Viajar, explorar, conversar, aprender, probar, y compartir. Y aunque lo disfruto profundamente, también requiere mucha atención, esfuerzo y sacrificio, no llegué aquí de manera fácil ni rápida.
Gran parte de mi trabajo consiste en explorar México para diseñar viajes y ayudar a las personas en los territorios a aprovechar el potencial de su tierra y su cultura y así poder generar alternativas de desarrollo sostenible a través del emprendimiento turístico.
Sin embargo como todo en la vida, todo tiene sus matices. No todo es emocionante y hay cosas casi nunca comparto en redes sociales: Llamadas interminables, hojas de excel, documentos, correos, contadores, impuestos, filas en bancos, horas de carretera y papeleo interminable. Estas actividades tienden a ocupar una gran parte de mi tiempo y energía.
Trabajo para distintos proyectos y empresas que tienen incidencia específica en los diferentes eslabones de la cadena de valor del turismo: Consultoría, diseño de experiencias, desarrollo de destinos, capacitaciones, operación de viajes, enseñanza. ¡Nunca me aburro!
Podría decir que mi trabajo encarna mi Ikigai, de acuerdo al libro El método ikigai, es una palabra japonesa que no tiene una traducción exacta. “El ikigai es el sentido de la vida o aquello que te hace levantarte con ilusión cada día.”
El ikigai es la manifestación del propósito de vida reflejado en el trabajo o nuestra ocupación principal.

Más sobre el Ikigai aquí: https://www.gerardoibarra.com/post/ikigai-mi-b%C3%BAsqueda
En mi caso, mi Ikigai es:Lo que me gusta: Viajar y explorar
Aquello en lo que soy bueno: Entender y enseñar
Lo que el mundo necesita: Consciencia y alternativas sostenibles
Aquello por lo que me pueden pagar: Asesorar y diseñar.
Soy muy afortunado y aunque llevo unos buenos años dedicándome a ésto, fue un camino largo, lleno de dudas, incertidumbres y decisiones complejas. El proceso me tomó no menos de 12 años de búsqueda constante..

Algunas personas tienen la fortuna de encontrar su pasión y sus talentos desde muy jóvenes, otros (no sé si afortunados) han heredado trabajos y responsabilidades y se han apropiado de ellos y otros, los menos privilegiados, se ven en la necesidad de ejercer el trabajo que pueden, les guste o no.
Aunque mi posición es sumamente privilegiada, puedo reconocer con orgullo que para llegar a la posición en la que me encuentro ha requerido mucho trabajo interno, mucha paciencia y mucho esfuerzo. Como todas las buenas cosas que valen la pena, no lo habría logrado sin sacrificio, trabajo, necedad y algo de ingenuidad.
Cuando me preguntan cómo llegué hasta aquí o cómo conseguí éste trabajo, intento resumir un largo camino que es difícil de explicar, sin embargo puedo compartirles algunos de los elementos que me ayudan a conseguir buenos y emocionantes proyectos, trabajos y colaboraciones:
Generar valor, ser generoso: Desde hace algunos años, he adoptado ésta premisa en prácticamente cualquier decisión profesional que tengo qué tomar y lo hago haciéndome la pregunta ¿De qué forma puedo generar valor? El valor tiene muchas manifestaciones, el dinero es sólo una de ellas y me atrevería a decir que ni siquiera la más importante.

Algunas personas buscan poner la generación de valor personal por delante, es decir, antes de mover un dedo, necesitan saber y asegurar algún retorno. Y aunque en este mundo nada es gratis y debemos valorar nuestro trabajo y nuestro tiempo, creo que una postura más productiva implica trabajar enfocado en la generación de valor compartido y en la actitud de servicio.
Esta postura nos permite demostrar nuestro valor y acumular experiencia, ambas cosas generarán valor exponencialmente con el tiempo. A veces hay qué pagar peaje y trabajar desde la generosidad, las oportunidades y los beneficios vendrán con el tiempo como efecto directo de nuestro trabajo.
Conocerse y autoobservarse: El trabajo de autoobservación y el aprendizaje nunca termina, es un proceso en constante evolución. Aprender de nosotros mismos requiere de una postura objetiva y responsable, hay qué estar abiertos a reconocer nuestros errores y oportunidades para mejorar y transformarnos. El mundo cambia rápido y tenemos que afilar nuestras herramientas personales y profesionales constantemente para poder encontrar nuestro propio camino y las mejores oportunidades.
Existen herramientas y técnicas muy eficientes, desde la investigación activa, el journaling y la terapia. Para ser un buen profesionista, se necesita ser un buen ser humano, cuando éstas dos características se cumplen, las oportunidades vendrán a nuestro encuentro. Aunque luego, es importante saber venderse.
No dejar de aprender: El mundo se transforma a una velocidad abrumadora, los trabajos y la forma de hacerlos están en constante cambio, vivimos en un sistema que nos obliga a desaprender rápido y aprender aún más rápido. Nuevos términos, nuevas herramientas, tendencias y prioridades aparecen todo el tiempo. Mantenerse vigente en los temas más relevantes es imprescindible para ser un profesional de valor.
Tengo algunas herramientas favoritas para el aprendizaje constante, la principal son los libros: filosofía, historia, biografías, ciencia ficción, novelas, no importa, leer es el vicio fértil por excelencia.
Además de los libros, los podcasts han sido una fuente de inspiración y aprendizaje que he aprovechado éstos últimos años, grandes maestros y especialistas de cualquier materia están al alcance de nuestras manos y gratis en la mayoría de los casos.
Cultivar la disciplina: Andrew Huberman, Jocko Willing y otros podcasters populares usan la misma leyenda: La disciplina te lleva a donde la motivación no llega. Yo estoy de acuerdo.
Depender del ánimo, la motivación y las condiciones ideales para trabajar y buscar nuevas oportunidades es un juego de azar. ¿Cuántas veces a la semana nos levantamos con toda la motivación? Apuesto a que no todos los días. Justo ahí es donde la disciplina, los procesos y las rutinas entran en juego.
La gran noticia es que aún cuando haya falta de motivación podemos recurrir a la disciplina y hacer las cosas de una u otra forma y ésto, nos va a generar la motivación que no encontrábamos. Un ciclo de retroalimentación positiva.
Creo en la disciplina como ingrediente principal para lograr los objetivos: Disciplina en el trabajo, en las rutinas personales, en el ejercicio, la lectura, la búsqueda de oportunidades. Y aunque no siempre logremos todas nuestras metas, la repetición y el trabajo nos permitirá desarrollar habilidades y fortalezas que nos llevarán a encontrar mejores oportunidades.

Aún guardo un viejo cuaderno en donde apuntaba todos los trabajos a los que apliqué cuando tenía 20 años, más de 30 hojas llenas por ambos lados con oportunidades de trabajo a las que apliqué. De todas esas vacantes, no obtuve una sola oportunidad de trabajo: ¿El resultado? Una enorme habilidad para cazar proyectos, vacantes,, elaborar propuestas y mejorar mi CV y documentos de presentación personal.
Existen muchos caminos a la felicidad y a la realización personal, el trabajo es una de las rutas para lograrlo, sin embargo, nuestra personalidad y nuestra vida no puede estar construida alrededor del trabajo. El 'Workism' , tendencia que nos lleva a buscar el sentido de la vida en el trabajo y construir nuestras vidas alrededor de él, es el producto de una cultura agresiva y centrada en la productividad. Encontrar el balance entre vida personal, creatividad, responsabilidades de la vida diaria y el trabajo es el secreto para una vida llena de satisfacción que nos empuje a encontrar mejores condiciones de vida para nosotros y los demás, eso sí que es sostenible.
Así conseguí éste trabajo: Ikiga

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