Oaxaca está de moda

Oaxaca está de moda. Es lo que dicen muchos y a mí, me genera una extraña sensación.

Oaxaca es mucho más que un destino de moda, su cultura y sus hermosas manifestaciones como la música, la gastronomía y los textiles, el profundo sincretismo de sus tradiciones y lo aguerrido y orgulloso de sus pueblos, hará que Oaxaca trascienda modas y tendencias.

La primera vez que visité Oaxaca, visité el destino en medio de los conflictos entre la APPO y el gobierno del estado, me recibieron coches incendiados, pintas en las paredes y un ambiente tenso en cada esquina. A partir de ahí, he podido visitar éste hermoso estado, conocer su sierra, su montaña, sus valles, sus playas e ir descubriendo cada vez, nuevas y profundas facetas de éste hermoso estado.

Durante años he tenido oportunidad de trabajar con productores locales, artistas, emprendedores y cocineras tradicionales y siempre me he sentido acogido en Oaxaca, amo regresar y amo compartir con mis viajeros lo mucho que me ha regalado éste destino en mis decenas de visitas.

Café, mezcal, naturaleza, montaña, gastronomía, colores, talento, arte, música, historia, resiliencia. Oaxaca lo tiene todo.

Desafortunadamente, en estos últimos años, Oaxaca ha sufrido algunos procesos que han ocurrido antes en otras ciudades como Barcelona, Venecia o San Miguel de Allende. La llegada de inversión y recursos económicos han generado presión sobre el destino, los precios se disparan, los servicios se vuelven inaccesibles para algunos sectores de la población, las personas son desplazadas y limitadas de sus medios de vida y se empieza a utilizar la cultura como un espectáculo estético. Sin duda, las redes sociales forman parte de éste juego.

Ni la inversión, ni el turismo, ni la popularidad de los destinos es algo malo per se, es la forma y la intención con la que esto sucede la que en ocasiones, genera impactos negativos en los habitantes y la cultura local.

Los viajes y el turismo son un arma de doble filo, el turismo puede generar impactos negativos en el medio ambiente y en las comunidades locales, sin embargo, también el potencial de generar encuentros profundos, desarrollo local y conservación del patrimonio biocultural de los territorios. Esto implica mucha consciencia, amor y cariño hacia el destino que buscamos visitar o promover y amor y aceptación para aceptar a los otros, quienes a veces son muy distintos a nosotros.

Es importantísimo que como gestores de turismo, viajeros y emprendedores, podamos ser empáticos con los procesos locales, interesarnos por la profundidad de la cultura local y entender los límites y las responsabilidades. Finalmente, lo que disfrutamos al viajar, es conocer la cultura local, si promovemos las malas prácticas del turismo, podemos desdibujar ese patrimonio biocultural que tanto apreciamos.

¿Cómo podemos ser viajeros más allá de la moda?

Investigando por el destino, su historia y su cultura, internet es una biblioteca infinita de información.

Buscando viajar de una forma más lenta y con propósito, disfrutar los lugares.

Buscar proyectos, personas y empresas que compartan experiencias, servicios y productos genuinos, locales y con un propósito más profundo que solamente el negocio.

Respetando la cultura, escuchando, observando, entendiendo nuestros límites.

Haciendo esto, no sólo viajaremos de forma más responsable, también, podremos tener viajes y experiencias más profundas e imborrables, nuestros viajes, tendrán más valor.

Amo México y su cultura, su patrimonio natural y a su gente y mi misión es compartir los destinos desde un turismo profesional y consciente. Desde las empresas, desde la academia, desde las plataformas de comunicación, pero es el viajero quien lleva la responsabilidad de ser empático y respetuoso, buscar el consumo responsable y las visitas más profundas, viajar es una de las formas más eficientes de conocer y conocernos.

¿Quién se anima a viajar conmigo? Prometo mucho mezcal, café y experiencias profundas, en Oaxaca y en todo México.